Un gran error de las empresas es que a menudo se olvidan de la parte personal y emocional de sus trabajadores para focalizarse solo en los resultados, cuando lo primero lleva a lo segundo de una manera más fácil.
“Los empleados felices que trabajan con pasión y propósito se desempeñan en niveles consistentemente altos, multiplicando su efectividad e incrementando los resultados del negocio”